martes, 21 de noviembre de 2017

Caminos y comunidad


Las ideologías siempre han sido instrumento para dominar los seres humanos, apartándolos del mundo espiritual, que siempre paira dentro y fuera de ellos. En este sentido tanto ideologías idealistas como materialistas, moderadas o radicales tienen el mismo efecto: las personas se pierden de sí mismas. Pero todo parece tener un sentido; verifiquemos que muchos santos de la antigüedad se refugiaban en la soledad de las cavernas o  en las celdas de los monasterios; con un efecto colateral: el aislamiento del devoto. Pero hay algo mejor para hacer, y se hace más evidente en los tiempos actuales: el refugio verdadero, para practicar la  espiritualidad, es la experiencia silenciosa en el propio corazón del devoto, guiado por un verdadero mestre o amigo espiritual. Esa es la caverna o la celda más adecuada. Y así el efecto colateral no es el aislamiento, sino la acción compasiva, natural, verdadera, en el cada día, en el cada instante, de la experiencia social.


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