domingo, 19 de junio de 2016

Una visión sobre el diablo (diálogo de un científico con un maestro de la Advaita)


Devoto: Una cosa que me incomoda de las tradiciones espirituales occidentales es el asunto de existir una entidad, o un ser, que representa el mal (el maligno, como es llamado en cierto trecho bíblicos). Me parece que esto representa más una forma de amedrantar las personas, de incentivarles el miedo, la irracionalidad, de hacerlas sumisas para una cierta ideología religiosa.

Maestro: {El Maestro guarda silencio, invitando al devoto a seguir expresándose}

Devoto: Considero que una ideología amedrentadora no puede ser realmente espiritual.

Maestro: Realmente es así, pues lo único verdaderamente espiritual es la expresión Amorosa.

Devoto: Pero entonces ¿por qué esto es usado y hasta difundido en los días actuales?

Maestro: Siendo usted un hombre de ciencia sabe perfectamente que toda fuerza ejercida enfrenta una resistencia, un opuesto. Y si usted acepta esa resistencia terminará por fortalecer sus músculos y, al final de cuentas, usted estará cada vez más fuerte. 

Devoto: Entiendo, pero cuando yo ejerzo una fuerza y actúo con ella, no existe algo por ahí haciéndome sentir miedo, y esto es lo que criticó. Hace algún tiempo, un cantor popular decía que Dios y el diablo eran la misma cosa. Que cuando Dios quería hacer algo de dudosa moral se vestía de diablo para actuar.

Maestro: Si usted acepta que siempre encontrará una resistencia, en cualquier tipo de actividad, mismo siendo espiritual, deberá percibir que al final siempre tendrá la posibilidad de fortalecerse. Y usted podrá pasar por cada prueba usando su discernimiento, su inteligencia.

Devoto: ¿Y usted acepta que Dios y el diablo son la misma cosa?

Maestro: Eso que usted llama de “diablo” está dentro de lo mental, dentro de lo que usted vive en su día a día, y sólo ahí. Es la resistencia que usted encuentra para aumentar su propia Conciencia. 

Devoto: ¿Y cuál es la mejor manera de enfrentar esa resistencia? ¿Es usando mi inteligencia?

Maestro: Con cualquier enemigo usted tiene dos opciones: vencerlo o negociarlo. En los dos caminos puede usar su inteligencia.

Devoto: ¿Y que me recomienda para hacer?

Maestro: Sea natural, amoroso, desapegado y persistente en su camino. Y no se preocupe con sus enemigos. Usted siempre tendrá la oportunidad de salir más fortalecido y conciente de cualquier experiencia.

Devoto: ¿Y esa diferencia entre Dios y el diablo?

Maestro: Digamos que con eso, que usted llama de  diablo, siempre tendrá la posibilidad de pactar, de negociar, de luchar, de usar trucos, inclusive de engañarlo. Por otro lado, con Dios no existe negociación ni enfrentamiento posible. Entonces, la única manera de abordarlo es a través de esa postura sin preconceptos, abierta y sincera, que hemos denominado de Fe. Y sea perspicaz y atento, pues el lenguaje de la Divinidad es tranquilo y silencioso. Y perciba que la experiencia de ese encuentro es lo que siempre hemos denominado de Amor.