lunes, 20 de septiembre de 2010

Diálogos sobre realidades

Un gran amigo me hizo llegar este bello diálogo entre un maestro de la Advaita (no dualidad) y un devoto.

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Devoto: Últimamente han aparecido algunos escritos sobre lo que ocurre después de la muerte, inclusive versiones cinematográficas como la película Más allá de los sueños (What Dreams May Come) de Vincent Ward ¿Son reales esas ciudades y lugares ultraterrenos descritas en esos textos y versiones cinematográficas?

Maestro: Y dígame, ¿qué es la realidad para usted?

Devoto: Esto que está y observo aquí, en este momento; mi cuerpo es real pues puedo verlo y sentirlo; esta mesa a mi lado también es real, así como esa puerta. Ellas son reales y lo puedo comprobar sin error cuando sea necesario. En esa realidad yo confío, pues la ciencia me ayuda a reconocerla. Sin duda alguna en esa realidad tengo plena confianza, pues puedo compartirla con las demás personas. No veo error en ella, ni en el método para abordarla.

Maestro: ¿En donde está esa realidad cuando usted está en sueño profundo?

Devoto: En ese estado no la percibo, pero vuelvo a hacerlo cuando despierto. Que no la perciba durante el estado de sueño profundo no significa que ella no exista. La prueba es que la avisto inmediatamente después de mi despertar a cada mañana. Por ese motivo, tengo total certidumbre en ella, no tengo dudas sobre eso.

Maestro: Está bien. Cuando usted está durmiendo y soñando sólo sus sueños aparecen como reales, inclusive hay lugares, personajes, sensaciones, historias que se desarrollan, espacios y hasta pueden haber ciudades como las descritas en esas películas. Pero todo eso desaparece súbitamente cuando usted despierta. Parece que usted puede percibir y vivenciar varias realidades que se alternan seguidamente, entre la vigilia y la actividad onírica. Y eso ocurre con bastante frecuencia, ¿de acuerdo? Tanto la realidad en la vigilia como las realidades oníricas tienen personajes y sensaciones, espacios y percepciones de un transcurso temporal; sin esto último no seria posible contar una historia, ¿de acuerdo?

Devoto: Puede continuar…

Maestro: En esas realidades usted se siente finito y temporal, se identifica con algo concreto, ejerce la acción de un sujeto que puede conversar, intercambiar opiniones, hacer preguntas y dar respuestas, le puede ocurrir algo o puede realizar algo que tenga alguna consecuencia.

Devoto: De acuerdo.

Maestro: Durante el sueño profundo (sin sueños) usted descansa de la percepción de esas realidades, que aparecen como un yugo que carga sobre su espalda. En el estado de sueño profundo usted no se identifica con nada ni con nadie y todo permanece calmo, no hay ansiedad, deseos, sensación de culpa. No hay sufrimiento.

En las realidades de vigilia y oníricas el común denominador es la actividad mental y su consecuencia directa: el pensamiento. Esto último puede ser comprobado por la ciencia. Es el pensamiento lo que hace posible la identificación con algo, que hace parte de esas realidades.

Devoto: Me parece aceptable lo que dice.

Maestro: Perciba que si el pensamiento cesa (como ocurre en el estado de sueño profundo) todo pasa a estar bien. Esto le permite descansar, y hasta diría que le da la oportunidad de desintoxicarse de las fijaciones que usted aprendió desde que nació.

Devoto: Puede continuar…

Maestro: ¿Qué hay detrás de ese inicio, al que llamamos de nacimiento? ¿Y qué viene después de ese fin, al que llamamos de muerte? ¿Por qué en vez de hacer esas preguntas no intenta serenar su mente, tal como ocurre en el sueño profundo?

Desintoxíquese de esas realidades que la mente agitada crea. Ahora hasta los físicos modernos nos dicen que el observador es fundamental para la física, y que hasta él mismo aparece como un parámetro fundamental en los sistemas de ecuaciones que describen los fenómenos físicos, en los niveles macro y micro (la física relativista y la física quántica, por ejemplo). Y en esa física el objeto de estudio es “esa realidad”, la del estado de vigilia, aquella que usted tanto admira y confía.

Por lo menos hágale caso a los físicos, busque el observador de la realidad en el estado de vigilia, y de las realidades oníricas. ¿En donde está el observador? ¿Quién es realmente? Para esto calme un poco su mente - recuerde la sensación de sueño profundo. Allí percibirá un estado al que llamaremos de Realidad y, si esto ocurrir, en ese instante habrá resuelto todas sus dudas y problemas.

En ese estado verá que usted no es diferente de esa Realidad, que usted es un continuo con ella, y que esa Realidad no nace ni muere, ella es eterna e infinita. Cuando esto ocurra, si quiere, vuelva a indagar sobre esas realidades de las que hablamos anteriormente, con sus percepciones, ansiedades, responsabilidades, personajes, lugares, ciudades, espacios y tiempos. Y hasta podrá preguntarse sobre supuestas realidades ultraterrenas. Pero dudo mucho que usted ya sintiéndose eterno e infinito quiera saber algo nuevo sobre ellas.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Diálogos con Ramesh Balsekar

Ramesh Balsekar estudió economía en el London School of Economics y trabajó durante muchos años en el área financiera, hasta jubilarse. En algún momento, después de su jubilación, encontró el amigo espiritual y pudo tomar conciencia profunda de sí mismo, de esa viva realidad para la cual somos miopes - y hasta un poco torpes. Devoto de Sri Ramana Maharishi escribió varios libros de divulgación de la Advaita Vedanta. Uno de sus diálogos con estudiantes está traducido aquí.

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Ramesh: La mente no está separada de la conciencia. La mente no es diferente, ella es parte del organismo cuerpo-mente. Este último es parte de la manifestación, y la manifestación es una parte de la realidad.

Ramesh: ¿Cual fue el mensaje principal que usted captó del libro I Am That (Yo Soy Aquello)?

Freddie: No me fijé en algún mensaje especial, pero pude percibir que mi mente funciona como un mico. Ella siempre necesita agarrarse en alguna cosa, y si esta cosa se va o desaparece, entonces ella se agarra de alguna otra cosa. Y de esta manera se queda siempre ocupada.

Ramesh: ¿Mas el libro no le dijo para aquietar su mente, que como usted dijo se comporta como un mono? Creo que el libro le dijo que el problema es con la mente mico. ¿No le dije para aquietarla? Usted viajó 5.000 millas hasta aquí - ¿existe algo que espera de mí?

Freddie: Existe la expectativa de que tal vez el señor pueda desactivar mi mente.

Ramesh: Y penas presionando el botón del control remoto y la mente mico para... Mas dígame, Freddie, si yo fuera capaz de hacerlo, ¿como Freddie viviría su vida sin la mente?

Freddie: Tengo la leve sospecha de que la vida se tornaría más fácil.

Ramesh: ¡Correcto! La vida quedaría bien simple sin la mente mico. Entonces lo que usted quiere desconectar no es propiamente la mente, sino la mente mico. Por este motivo propongo el concepto de que existen dos aspectos de la mente: uno es la mente mico, o la mente pensante, la mente que hace preguntas, ofrece respuestas, y hace preguntas adicionales a aquellas respuestas, y a así sucesivamente.

Por otro lado, existe otro aspecto de la mente al que llamo de mente actuante. Es de la mente actuante que Freddie precisa vivir su vida. Aquella mente actuante está apenas focalizada en hacer lo que es necesario para ser hecho en aquel momento, de acuerdo con las circunstancias. Ella ni siquiera está interesada si aquello que está siendo realizado es necesario o no, y tampoco está interesada en las consecuencias. Ella está apenas focalizada en hacer el trabajo que esta siendo realizado, y no está preocupada con “quien” está haciendo el trabajo.

Es la mente pensante que dice: “yo estoy haciendo ese trabajo, y yo debo dicernir sobre las consecuencias”. Por lo tanto la mente pensante siempre piensa sobre las consecuencias en un futuro posible. La mente actuante no está interesada con el futuro.

¿Por qué la mente actuante no está interesada con el futuro? Porque aquella que está interesada con las consecuencias es la mente pensante, el ego. En la mente actuante no existe el individuo, o sea, ningún ego que haga el trabajo. Entonces, ¿quien estaría preocupado con las consecuencias? En la mente actuante no existe el individuo realizador – aquí sólo el trabajo está siendo realizado.

El individuo realizador es la mente pensante, esperando conocer: “después del trabajo hecho, ¿que acontecerá conmigo?” El término “conmigo” es la mente pensante, el ego. El ego, de acuerdo con mi concepto, es la identificación con el nombre y la forma, como un individuo, con el sentido de realizador. Cualquier cosa que sucede con este cuerpo significa “yo” haciendo esto y, por lo tanto, “yo” soy quien irá a sufrir las consecuencias.

Freddie: Existe siempre el deseo de tomar la mejor decisión y lograr el mejor resultado – siempre, siempre, siempre.

Ramesh: Entonces, es siempre el “yo”, el ego - el realizador – quien dice: “yo” estoy haciendo el trabajo. De acuerdo con mi concepto, la mente que conceptúa puede ser aquietada si existir la total e incondicional aceptación de que no existe el individuo realizador. Todo apenas ocurre. Mientras exista un individuo realizador que piensa que “él” está realizando esto o aquello, entonces él está inclinado a pensar, a preocuparse con la responsabilidad y las consecuencias. Esta es la mente pensante. Mas la atención puede ser focalizada en el trabajo que está aconteciendo sin usted pensar o sentir que es “usted” quien está realizando el trabajo. Esta es la mente actuante.

El real problema es como Freddie llega a la total e incondicional aceptación de que Freddie nunca es el realizador, que el hacer apenas está aconteciendo. Esto ocurre a través de la práctica y experiencia personal. Todo el hacer que Freddie piensa que es “su hacer”, no es en sí porque Freddie lo hace, sino a pesar de él. Y usted sabe que Freddie no consigue todo lo que él quiere durante todo el tiempo. Por lo tanto, lo que ocurre nunca está sobre el control de Freddie, y esto usted lo conoce a través de la experiencia práctica, de la experiencia personal. ¿Cuando Freddie dejará de sentir el peso de la responsabilidad y las consecuencias? Sólamente cuando esté totalmente convencido de que él no es el realizador de cualquier acción que acontece. Jamás Freddie es el realizador, y no sólo él, nadie es el realizador de nada. Ningún ser humano es el realizador.

Freddie: ¿Quien llega a esa conclusión?

Ramesh: Correcto. Aquel que llega a esa conclusión en el comienzo es el ego, aquel que piensa que él es el realizador. Gradualmente lo que acontecerá es el ‘yo’, el ego, que llegó a la conclusión de que él no existe como tal, irá elaborando cada vez más este hecho, a través de la experiencia personal (es decir, de que él no hace nada). Entonces, el ego se torna cada vez más frágil, y si esto es la voluntad de la Fuente, el ego colapsa, desaparece.

Si el ego colapsa, ¿como este organismo cuerpo-mente funcionaría? La respuesta es que el organismo cuerpo-mente continuará a funcionar exactamente como funcionaba antes. Antes era la Fuente que funcionaba a través de este organismo cuerpo-mente, y en el futuro la Fuente continuará funcionando a través de este organismo cuerpo-mente. Antes Freddie pensaba que él funcionaba. Ahora Freddie sabe que él no está funcionando. El propio funcionamiento en sí mismo continuará en el futuro exactamente de la misma forma que en el pasado.

Freddie: Existe la creencia de que yo tengo que cuidar de mí mismo.

Ramesh: Cierto. Lo que toma cuenta de sí mismo es la mente pensante. La mente actuante continua a realizar lo que es necesario, de acuerdo con las circunstancias. Por lo tanto, Freddie aún continua como alguien aceptado por la sociedad como realizador y responsable por sus actos. Entonces, ¿que acontece? Un acto acontece, una acción acontece, y esos actos o acciones ocurren por la voluntad de la Fuente o Dios. La voluntad de Dios con respecto a cada objeto cuerpo-mente es lo que yo denomino de destino de aquel cuerpo-mente, que fue impreso en el momento de la concepción.

Entonces, ¿que es la vida? De acuerdo con mi concepto a vida es apenas una multitud de objetos cuerpo-mente a través de los cuales la Fuente está funcionando. Nosotros podemos apenas aceptar lo que está aconteciendo. Nosotros nunca podemos conocer el porqué la Fuente está realizando lo que Ella está haciendo. ¿Por qué? Porque si usted quiere saber porqué Dios está haciendo lo que El está haciendo, entonces lo que está sucediendo es que el objeto creado está queriendo conocer la voluntad del Sujeto creador. ¿Como esto es posible? Por lo tanto, el sujeto creado, que fue agraciado con el regalo del ego, el sentido de realizador, la mente pensante, sólo puede apenas aceptar la magnificencia de la creación de Dios. El objeto, el ego, ni siquiera puede intentar comprender porqué Dios hace lo que hace.

Shen: ¿Usted está diciendo que debemos escapar de la mente pensante?

Ramesh: No, ¡yo no dije eso! ¿Quien va a escapar de la mente pensante? Aquel que se supone que quiere escapar de la mente pensante es el ego. Por lo tanto, si es de la voluntad de Dios y si éste es el destino de aquel organismo cuerpo-mente la mente pensante se escapará. Usted no puede escapar de la mente pensante. Usted es la mente pensante. Y la mente pensante se irá cuando usted sea capaz de analizar sus acciones y llegar a la conclusión de que usted no está realmente haciendo nada.

Shen: Mas algunas veces es necesario ver hacia adelante.

Ramesh: Sí, usted quiere decir que debe planear las cosas. Claro. Suponga que el sabio tiene que tomar un avión a la media noche. El planeará cuando es mejor partir para el aeropuerto, cuando cenar antes de partir, cuando llamar un taxi. Todo esto es un planeamiento de la mente actuante. No es de la mente pensante. Pero en el caso de una persona común la mente pensante estará haciendo los mismos planes. ¿En donde estará la diferencia? La persona común dirá: “yo hice este planeamiento. Suponga que el taxi tenga un problema con una llanta. Suponga que no sea capaz de llegar al aeropuerto. Suponga que el avión no parta. Suponga que el avión se averíe”. Todo esto es de la mente pensante, lo que no acontece con el sabio. El hace lo que se supone que debe ser hecho, y sabe que cualquier cosa que pueda acontecer en el futuro no estará bajo su control.

Shen: Esto suena muy razonable y lógico, pero no es realmente internalizado por mí.

Ramesh: Esto es internalizado solamente cuando usted hace sadhana o práctica, analizando sus acciones y descubriendo si esto es ‘Shen’, quien está realizando las acciones, o si éstas están simplemente aconteciendo. Y si estas acciones estuviesen aconteciendo y usted en el día siguiente llegar a la conclusión de que la acciones apenas acontecieron, que ‘Shen’ no hace nada, entonces surge la pregunta de que si ‘Shen’ no está haciendo nada ¿‘quien’ es ‘Shen’? ¿Quien soy yo? La pregunta y la respuesta surgen de la misma Fuente – no existe ‘Shen’. El punto es que la acciones apenas está aconteciendo a través del organismo cuerpo-mente, no de acuerdo con la voluntad de ‘Shen’, mas de acuerdo con la voluntad de la Fuente. Entonces ‘Shen’ meramente observa que todo lo que está aconteciendo no es una acción de ‘Shen’.

Prem: Yo realmente no tengo ninguna pregunta. Tengo curiosidad, supongo, mas no preguntas importantes.

Ramesh: Curiosidad es la mente pensante. La mente pensante hace una pregunta. La mente pensante arranca una respuesta. La mente pensante arranca preguntas subsecuentes basadas en las respuestas, y la mente pensante provee respuestas subsecuentes, y entonces vienes subsecuentes preguntas. ¿Usted percibe?

Ramesh: El sabio considera las consecuencias cuando hace un plan. El vuelo puede ser perdido independientemente de lo planeado por la mente actuante. El sabio no está preocupado con las consecuencias de la pérdida del vuelo. Por esa razón el sufi dice: “Confíe en Dios, mas amarre su camello”. Es la mente actuante la que amarra el camello y cuida de que la cuerda sea amarrada apropiadamente. Después de esto, es la mente pensante la que se preocupa con lo que ocurriría si alguien se robara el camello.