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a Dios es intrínseco al ser humano, pues es el camino al encuentro
consigo mismo. Y cada sujeto lo recorre a su manera, y es tan natural
como respirar. El ateo lo recorre afirmando que Dios no existe. El
creyente lo hace confiando píamente en su existencia. Mas nada modifica este hecho. Así como creer, o no creer, no altera en nada la ley de la gravedad.
domingo, 17 de febrero de 2019
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