viernes, 29 de enero de 2016

De eso que se llama Amor


Devoto: hemos escuchado sobre la necesidad de ampliar nuestra función de amar, en el sentido de practicar un amor amplio, que es comúnmente denominado de Amor Universal. Sin embargo, siento dificultades enormes para entender y practicar esa propuesta.

Maestro: existe una única fuerza, proveniente del Ser, que puede ejercer el Amor Universal.

Devoto:  no entiendo ahora a lo que se refiere.

Maestro: esta fuerza ha sido conocida durante milenios como algo tremendamente Amoroso, usted sabe bien  a lo que nos referimos aquí.

Devoto: ¿se refiere al Cristo o al Kristos de las tradiciones espirituales?

Maestro: exactamente.

Devoto: ¿y cómo esto puede ser traducido para un devoto, de carne y hueso, que tiene todas las limitaciones posibles?

Maestro: cuando usted repite una frase como esta: “yo voy a amar de manera universal”  ya está expresando una limitación.  Ese “yo”, que expresa el sujeto de la frase, es limitado: siente miedos, rabias, culpas, celos y deseos (lo que ya expresa  su naturaleza incompleta). Entonces, ¿cómo un instrumento limitado puede amar de manera universal?

Devoto: eso me dice que para mí será siempre imposible practicar el Amor Universal.

Maestro: exactamente, a no ser que usted cambie su estrategia.

Devoto: por favor, me explica.

Maestro: el amor se expresa al nivel del corazón, en donde usted señala con el dedo el “yo soy”.  Esa es su verdadera casa, eso no tiene misterio.

Devoto: ¿y eso que tiene que ver con la “estrategia”?

Maestro:  si el corazón del ser humano es una casa, esta misma debe estar habitada; debe tener dueño e inquilinos, estos últimos pueden pagar o no una alquiler. También puede haber intrusos, que aparentemente nunca fueron convidados, pero que allí están.

Devoto: entiendo, pero no sé a dónde quiere llegar…

Maestro: el problema es que la casa del Amor, que es su propio corazón, está habitada por seres, sobre los cuales usted no tiene ningún control.

Devoto: ¿y cómo puedo asumir el control de mi casa-corazón?

Maestro: allí está la dificultad, pues lo real es que es imposible, para cada persona, tomar el control de esta casa, y usted necesita ayuda.

Devoto: ¿y qué debo hacer para pedir ayuda?

Maestro: ¿Usted nunca supo que una oración es una herramienta para pedir ayuda? El aspecto Devocional ha sido siempre recalcado por todas las tradiciones espirituales.

Devoto: de acuerdo, pera en mi opinión esa ayuda ha sido limitada. El resultado es exactamente este, de cómo me siento ahora; un sujeto incapaz de practicar  el Amor Universal.

Maestro: la verdad es que usted siempre ha sido ayudado. Lo que pasa es que es muy difícil saber cuánto hemos avanzado en el camino espiritual, pues muchas veces eses cambios son imperceptibles para el devoto.

Devoto: pero usted habló de “cambiar mi estrategia”.

Maestro: Una vez que usted ha pedido ayuda de manera sincera, y practica de manera disciplinada alguna herramienta devocional (y de cualquier tradición espiritual), usted debe dar el paso principal.

Devoto: por favor me diga.

Maestro: usted debe invitar a su casa-corazón a Aquel que Sabe Amar (nota: las mayúsculas corresponden al énfasis que el maestro dio a cada palabra).

Devoto: no entendí bien…

Maestro: su casa-corazón está habitada por vicios, derivados de la estructura limitada y frágil del ego. Es imposible Amar completamente con esa estructura.

Devoto: ¿y cuál es la estrategia entonces?

Maestro: invite al Kristos a habitar en su casa-corazón. Él sólo entrará si usted lo convida. Él es el verdadero Amante: de los avatares, de los rishis, de los santos, de los místicos de todos los tiempos, pues es el propio Amor.   Esa es la estrategia a la que nos referíamos anteriormente.

Devoto: ¿y con esto resolveré  mis problemas?

Maestro: No, realmente usted no resolverá nada.  Mas ese Ser hará los cambios necesarios en su casa, para poder Él mismo expresar su Amor.

Devoto: comienzo a entender…

Maestro: Los antiguos habitantes de su casa comenzarán a expresar y alinearse con esa actitud compasiva del Amor. Algunos de ellos saldrán de casa poco a poco, caso sea  necesario.  Otros huirán aparatosamente.

Devoto: ¿y cómo debo actuar en ese  momento?

Maestro: No hay mucha cosa para hacer, a no ser mantener firmemente abierta su invitación al Kristos.

Devoto: ¿y eso es todo lo que tengo para hacer?

Maestro: hay un paso final a ser ejecutado por el devoto.

Devoto: ¿puede informarme?

Maestro: una vez que el Kristos entró en su casa-corazón, como convidado, el devoto sincero pasa el control total de su casa-corazón para el Ser. Es como usted haría con  una casa material: llama un convidado, y después va para una notaría y hace la escritura definitiva del inmueble para ese ser. 


martes, 19 de enero de 2016

Sobre limitaciones


Devoto: usted nos ha comentado sobre la necesidad de elaborar los diferentes tipos de creencias, mas parece que esto no queda claro para mí.

Maestro: no estamos hablando exactamente sobre creencias religiosas o de cualquier otro tipo. Lo importante es verificar las creencias que el devoto tiene sobre sí mismo.

Devoto: ¿y por qué esto es importante?

Maestro: una creencia sobre usted mismo es un limitador de su propia conciencia.

Devoto: ¿y cómo se percibe una consciencia limitada? 

Maestro: por la necesidad de mostrar un determinado desempeño. Usted quiere ser, por ejemplo,  un buen negociante, un buen doctor, un buen abogado, un buen profesor, o un buen artista; sintiéndose siempre obligado a verificar su suceso. 

Devoto: ¿y cómo esto puede ser superado? 

Maestro: es superado cuando el devoto percibe que no es nada de lo que cree, y que ningún tipo de creencia puede abarcar el contenido y la experiencia del Self. En este sentido la creencia puede ser vista como un recipiente limitado, en donde el Self se desborda por su propia inmensidad. 

Devoto ¿y qué consecuencias trae esto?

Maestro: por ejemplo, esto lo obligará a dejar su necesidad de desempeño, tal como se deja un fardo. Y la sensación es de un gran alivio, sin duda. Adicionalmente, angustias que se vivencían, por ejemplo, en la forma de celos o envidia tienden a desaparecer.

Devoto: siguiendo su consejo sobre la necesidad de la honestidad consigo mismo, me siento incapaz de superar mis defectos. 

Maestro: cuando el devoto se abre a la auto investigación la ayuda llega de alguna manera. Es como un radio que es sintonizado de manera adecuada, después de varias tentativas. 

Devoto: ¿esto debe equivaler a aquello que se dice: “cuando el devoto está listo el maestro aparece”? 

Maestro: lo que ocurre es que la abertura y la honestidad del devoto atraen la fuerza del Ser. Y esta misma se aproxima con todas las herramientas espirituales que cada devoto precisa.