miércoles, 3 de agosto de 2016

Una pregunta tabú a un maestro de la Advaita


Devoto: Quería preguntarle sobre sexualidad.

Maestro: ¿Y qué hay detrás de lo que usted llama de “sexualidad”, y que le preocupa?

Devoto: creo que es el deseo…

Maestro: El deseo en sí mismo no es un problema para el buscador espiritual, pues éste siempre es una consecuencia, por el hecho de la mente fijarse en los objetos. Si no hubiera objetos no habría deseos. ¿Usted desea algo cuando está en el estado de sueño profundo?

Devoto: Entiendo, pero aún así no queda claro para mí...

Maestro: Verifique que en ese estado (sueño profundo) los objetos del mundo desaparecieron, y por lo tanto los deseos no emergen. Entonces no adelanta la represión de los deseos, pues lo importante es comprender bien su procedencia. 

Devoto: ¿Cómo puedo encarar esto? 

Maestro: Lo mejor que usted puede hacer es traer su mente para dentro de usted mismo, alejarla momentáneamente de los objetos y preguntarse, con la más alta honestidad posible, quién es el que desea, de donde proviene la fuente, la fuerza de ese sujeto deseante.

Devoto: Eso para mí tiene dificultades prácticas.

Maestro: Si usted es realmente honesto, y elimina todos sus preconceptos, comenzará a verificar que hay algo além de los objetos, de los deseos, y más allá del sujeto limitado que experimenta estos últimos. Ese Algo trasciende todas esas experiencias, y está presente (existe) en todos los estados: sueño profundo, ensueño y vigilia. Esa es la roca sobre la que el sabio edifica su casa. Esa es su verdadera identidad, eterna e infinita. Ese es su Yo...