"Las personas creen que son mejores o
peores que otras, o que están en mejor o peor situación que otras: por estar
con más o menos salud, con más o menos riquezas, con más o menos problemas; por
ser más o menos educadas, o más o menos inteligentes. Esto es una ilusión, pues
no sabemos el significado de existir, no tenemos respuestas mentales a nuestros
miedos, y mismo que las tengamos siempre una sombra de duda vendrá al acecho de
nuestra tranquilidad. Los religiosos nos dicen que esto puede ser superado por
la fe. Mas este tipo de fe suele referirse a una creencia, a alguna ideología
que debemos vestir. Mas nuestra intranquilidad no puede ser superada por
creencias, por ideologías, pues la muerte vendrá sobre nuestros egos, a pesar
de cualquier creencia. La muerte es un grande ogro que llega pisando duro sobre
cualquier creencia, y siempre fue así. Y en este momento de transición (al que
llamamos muerte) siempre el miedo vendrá a nuestro encuentro. Y preguntamos ¿es
posible morir sin miedo? Realmente esto sería posible sólo si fuéramos
competentes en el arte de existir. Y para esto necesitamos sentir lo que
realmente somos, practicar el silencio, percibir que somos uno, mismo estando
en sueño profundo, soñando o en vigilia. Sentir tanto nuestra esencia que no
consigamos hacer diferencia entre el estar vivos o el estar muertos. El santo
no hace real diferencia entre el estar vivo o el estar muerto, pues él sabe
realmente que el Ser (que él es) tiene la eternidad como su esencia, no nace ni
muere. Y así, sólo él puede decir que es realmente feliz."
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