Las ideologías siempre han sido instrumento para dominar los seres humanos, apartándolos del mundo espiritual, que siempre paira dentro y fuera de ellos. En este sentido tanto ideologías idealistas como materialistas, moderadas o radicales tienen el mismo efecto: las personas se pierden de sí mismas. Pero todo parece tener un sentido; verifiquemos que muchos santos de la antigüedad se refugiaban en la soledad de las cavernas o en las celdas de los monasterios; con un efecto colateral: el aislamiento del devoto. Pero hay algo mejor para hacer, y se hace más evidente en los tiempos actuales: el refugio verdadero, para practicar la espiritualidad, es la experiencia silenciosa en el propio corazón del devoto, guiado por un verdadero mestre o amigo espiritual. Esa es la caverna o la celda más adecuada. Y así el efecto colateral no es el aislamiento, sino la acción compasiva, natural, verdadera, en el cada día, en el cada instante, de la experiencia social.
martes, 21 de noviembre de 2017
Caminos y comunidad
Las ideologías siempre han sido instrumento para dominar los seres humanos, apartándolos del mundo espiritual, que siempre paira dentro y fuera de ellos. En este sentido tanto ideologías idealistas como materialistas, moderadas o radicales tienen el mismo efecto: las personas se pierden de sí mismas. Pero todo parece tener un sentido; verifiquemos que muchos santos de la antigüedad se refugiaban en la soledad de las cavernas o en las celdas de los monasterios; con un efecto colateral: el aislamiento del devoto. Pero hay algo mejor para hacer, y se hace más evidente en los tiempos actuales: el refugio verdadero, para practicar la espiritualidad, es la experiencia silenciosa en el propio corazón del devoto, guiado por un verdadero mestre o amigo espiritual. Esa es la caverna o la celda más adecuada. Y así el efecto colateral no es el aislamiento, sino la acción compasiva, natural, verdadera, en el cada día, en el cada instante, de la experiencia social.
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