lunes, 29 de julio de 2013

Algo sobre la culpa


Devoto: hemos hablado con alguna frecuencia sobre el tema de la culpa y de la tendencia de los seres humanos a juzgar. En alguna ocasión usted nos decía que siempre que sentíamos  culpa un veredicto, de un juicio interno, había sido previamente promulgado.

Maestro: digamos que la ejecución de un juicio es casi simultáneo con el sentimiento de culpa. Esa es una estructura típica del ego.

Devoto: si es una estructura del ego, no existiría una salida viable al problema de la culpa.

Maestro: El Ser no juzga y no puede ser juzgado. Quien juzga es el ego, la falsa identidad; y recibe un veredicto como vuelto. Ese juzgamiento es la semilla de la culpa.

Devoto: existen referencias al tema de la culpa en las escrituras sagradas. Por ejemplo en el cristianismo.

Maestro: primero verifiquemos el ambiente del juicio al que fue sometido Jesús. Los romanos y los sacerdotes del sinedrio sólo consiguieron juzgar al Jesús histórico. Sólo pudieron condenar su cuerpo al martirio. El Cristo que habitaba en ese cuerpo nunca juzgó y ningún juicio lo podría alcanzar.

Devoto: y en ese caso,  ¿cuál sería la enseñanza básica sobre la culpa?

Maestro: el Cristo dijo “no juzguéis y no seréis juzgados”. Y lo que quiso transmitir fue un mensaje claro: “disuelve tu ego en el Ser, y no habrá juzgamiento posible que salga de ti o que te alcance. Y por lo tanto no habrá culpa posible”.

Devoto: esto nos llevaría de nuevo al problema de la acción, de quien ejecuta una acción, del hacedor. El sujeto que la ejecuta siempre promulgará un veredicto sobre la misma.

 Maestro: manténgase centrado en el Ser. Esa es la roca, su lugar seguro. Todo movimiento que salga de ese estado será seguro. Y acontecerá aquello que llamamos aquí de “acción sin juzgar”.

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