Amo mis enemigos porque son fuertes y buenos en la lucha, dominan innúmeras técnicas de ataque y de defensa. Son extraordinarios en el combate a larga distancia y en el cuerpo a cuerpo, en donde consiguen alcanzar mis más íntimos estados físicos, intelectuales, emocionales, morales y espirituales.
Cuando pienso que los he vencido se levantan con mucha más fuerza para desafiar mi resistencia y fortaleza. Me sorprenden porque me procuran noche y día y no me dan sosiego. Los admiro por su persistencia y porque no se dejan engañar con cualquier tipo de argumento.
Son estos enemigos que me hacen refugiarme en los más profundo de mi identidad en donde soy impelido a identificarme con el Ser, cuando y donde toda enemistad y diferencia desaparecen en un sagrado, infinito y eterno océano de Paz.
Cuando pienso que los he vencido se levantan con mucha más fuerza para desafiar mi resistencia y fortaleza. Me sorprenden porque me procuran noche y día y no me dan sosiego. Los admiro por su persistencia y porque no se dejan engañar con cualquier tipo de argumento.
Son estos enemigos que me hacen refugiarme en los más profundo de mi identidad en donde soy impelido a identificarme con el Ser, cuando y donde toda enemistad y diferencia desaparecen en un sagrado, infinito y eterno océano de Paz.
Parabéns Guhan! o texto está belíssimo.
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Shant!
Sundary